Mujeres que rompieron moldes: ciencia, arte, política y cielo
En un mundo que solía estar trazado por fronteras rígidas —entre géneros, saberes, clases o sueños— hubo mujeres que se atrevieron a cruzarlas.
No todas fueron reconocidas en vida, y muchas enfrentaron burlas, discriminación o silencio. Pero su legado hoy resuena con más fuerza que nunca.
En este artículo, queremos presentarte a cuatro mujeres que marcaron la historia desde distintos rincones del mundo y del conocimiento.
1. Matilde Hidalgo de Procel: Primera mujer en votar en América Latina y en obtener un título universitario en su país.
Ecuador – 1889-1974
Cuando Matilde anunció que quería estudiar en el colegio, muchas puertas se cerraron. En la Cuenca de inicios del siglo XX, eso simplemente no era “lo que debía hacer una señorita”. Pero Matilde no nació para quedarse quieta frente al “no se puede”.
Primero, fue la primera mujer en graduarse del bachillerato en Ecuador. Luego, la primera en obtener un título universitario como médica. Y más adelante, se convertiría en la primera mujer en ejercer el derecho al voto en América Latina, antes incluso de que existiera una ley que lo permitiera.
Matilde no solo abrió camino con palabras, sino con hechos concretos. Participó activamente en la vida política de su país y fue elegida concejal y vicepresidenta del Concejo Municipal de Loja.
Su legado nos recuerda que cada vez que una mujer entra a un lugar del que fue excluida, abre una puerta que ya no se cierra para quienes vienen después.
2. Remedios Varo: Pintora surrealista, visionaria y adelantada a su tiempo.
España/México – 1908-1963
Remedios Varo fue más que una artista: fue una viajera entre mundos. Su obra, profundamente enraizada en el surrealismo, no fue sólo estética; fue filosófica, simbólica, transformadora.
Nacida en Girona, España, vivió la guerra, el exilio y la reconstrucción. Se exilió en México, país que adoptó como suyo y que le dio el espacio para florecer. Allí, su arte se volvió cada vez más introspectivo y a la vez universal. Sus cuadros hablan de alquimia, ciencia, espiritualidad y la búsqueda constante de sí misma.
En una época donde el arte estaba dominado por voces masculinas, Remedios trazó su propio camino con pinceladas que aún hoy nos invitan a mirar más allá de lo visible. Como ella misma decía: “La realidad no me resulta suficiente”.
Remedios nos deja una enseñanza potente: lo onírico también es una forma de resistencia, y el arte puede ser un mapa para quien busca su lugar en el mundo.
3. Mary Anning: Paleontóloga autodidacta, descubridora de fósiles que transformaron la ciencia.
Reino Unido – 1799-1847
En los acantilados de Lyme Regis, en la costa sur de Inglaterra, una niña caminaba con su martillo y su cuaderno en mano. No buscaba joyas ni conchas, sino las huellas del pasado de la Tierra. Mary Anning, nacida en una familia humilde, fue una de las mayores paleontólogas de su tiempo… aunque durante mucho tiempo, la historia quiso dejarla fuera.
Descubrió el primer esqueleto completo de un ictiosaurio, fósiles de plesiosaurios y pterosaurios, y contribuyó enormemente al entendimiento de la evolución… todo esto sin tener acceso a una educación formal ni poder publicar con su nombre.
Los científicos hombres compraban sus descubrimientos y los publicaban sin reconocerla. Sin embargo, su trabajo era tan minucioso y revolucionario que su nombre sobrevivió a ese olvido forzado.
Hoy, Mary Anning es reconocida como pionera, y su historia nos enseña que la pasión y la constancia pueden romper cualquier techo, incluso el de piedra.
4.Bessie Coleman: Primera mujer afroamericana y nativa en obtener una licencia de piloto internacional.
Estados Unidos – 1892-1926
Cuando Bessie dijo que quería volar, la sociedad le respondió que no. Mujer, negra, pobre… en los años 20, todo parecía estar en su contra. Pero ella, determinada, decidió cruzar el océano para aprender a volar en Francia, donde el racismo no era tan institucionalizado como en EE.UU.
En 1921, obtuvo su licencia de piloto y regresó a su país como un símbolo de orgullo, resistencia y posibilidad. No solo volaba aviones: volaba prejuicios, límites, mandatos.
Se convirtió en estrella de exhibiciones aéreas, inspirando a miles. Soñaba con abrir una escuela para jóvenes afroamericanos que quisieran ser pilotos, pero su vida se truncó a los 34 años en un accidente durante una exhibición.
Aun así, su legado sigue en pie. En honor a Bessie, muchas escuelas, calles y programas llevan hoy su nombre.
Porque su historia demuestra que incluso en el aire hay espacio para soñar… y conquistar.
Un legado que inspira más que impresiona
Matilde, Remedios, Mary y Bessie vivieron en contextos completamente distintos, con desafíos únicos, pero con algo en común: nunca se conformaron con el “no es para ti”.
Tampoco hicieron historia porque alguien las empujara a hacerlo. Lo hicieron por convicción, por pasión, por no poder ignorar el llamado interior que les decía: “vas por aquí, aunque nadie más lo haya hecho antes”.
Y esa es, quizá, la mayor enseñanza que nos dejan. No se trata solo de aplaudir lo que hicieron, sino de dejarnos tocar por su forma de habitar el mundo: con coraje, con sensibilidad, con propósito.
Porque al conocer estas historias, no solo recordamos el pasado. También ampliamos nuestras propias posibilidades.
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